lunes, 19 de agosto de 2013

a veces me siento una perra

Situación 1: Me está costando mucho bañarlo porque se arrodilla e intenta parar en la bañaderita. Asique compré un aro de baño, que es como una sillita con sopapa que se pone en la bañera grande, para poder bañarlo con las dos manos tranquila, sin que corra grandes riesgos. A todo esto tengo 2 amigas con bebés/nenes que me contaron que se bañaban con los pibes y yo pensaba cómo carajo hacían para lavarse la cabeza sin que el pibe se ahogue en el medio. Contenta con mi aro, un día de soledad y aburrimiento me propuse bañarnos juntos. Él en el aro/silla, yo frente a él. Él jugando con sus animalitos, yo contenta enshampoosándome la cabeza con los ojos cerrados unos segundos hasta que de pronto siento una mano en mi teta. Y de pronto, glugluglug. El ternerito prendido en el medio del baño. Me dio mucha risa, risa que se me fue yendo cuando pasaba el tiempo y no lo podía soltar.

Situación 2: niño en la cuna jugando con sus chiches. Me propongo ponerme el "piyama", que no es más que ropa vieja. Me saco la remera, me saco el corpiño. El niño me mira. Me pongo la remera/piyama y estalla en llanto... "¡Mi mamá me muestra la bandeja de bombones y luego la esconde!".

Situación 3: Le doy la teta sentada en una silla y puesto que ya pasó a la fase boludeo/chupeteo y por qué no mordisqueo, me levanto e intento dejar al niño sobre el piso/alfombra. El niño sigue, literalmente, colgado de mi teta. Sentado en el piso, se niega a soltarla mientras intento pararme. ¿Se grafican la situación? Niño sentado con la cabeza para arriba, estirando el cuello, apretando los labios, yo agachada, con la teta al aire, tironeando. Nuevamente entre la risa y el llanto, me acordé de mi perra de la infancia. Mi perra tuvo 7 cachorros y después de unas semanas de amamantar acostada, iba caminando y los perritos se le iban colgando de las tetas y ella seguía caminando como si nada. Los perritos iban cayendo, la perseguían, se daban por vencidos. Mi mamá, preocupada, fue a decirle al veterinario que la perra no les quería dar de mamar. "Ella ya los destetó", dijo el veterinario muy tranquilo, "¿no ve señora que ya tienen dientes? ya comen comida".

Conclusión: a veces me siento una perra, y a veces quisiera serlo.

Sepan que el día que les diga "soy una perra", les estare diciendo que desteté.